martes, 4 de septiembre de 2018

Vuelta a la vida

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En algún momento de estos años con Ansiedad llegué a sentirme “muerta en vida” una sensación bastante desesperante y frustrante


Quería escribiros sobre esa etapa que viví con Ansiedad y que fue como no, bastante dura y complicada.

Hay un momento que entre síntoma y síntoma, apareció una gran desesperación… ya que sentía que mi vida iba a estar siempre condicionada por lo que Ansiedad decidiera hacer cada día conmigo. Si ella no quería salir a la calle… no se salía, si no le apetecía ver a amigos… no se veía a nadie, si no quería dormir… no se dormía esa noche… ¡Lo que mande la señora!

No tengo constancia de cuanto duró ese período, solo se que se me hizo eterno ¡Que horror! Todo el día igual… ya sabemos que The walking dead se inspiró en ti ¡Tía que pesadez de vida! Me paso el día triste, arrastrándome por todos los lados, sólo quiero dormir y no despertar… ¡¿¡QUEEEEE!?! ¿Cómo puedo pensar eso?...

Pues en su momento lo pensé… estaba tan cansada y agotada con Ansiedad, sólo tenía recuerdos y recuerdos de la persona que una vez fui... ¡Jamás volveré a ser esa chica!...

Creo que en esa fase solo puedes pensar y sentir todo lo que un día hiciste y que nunca volverás a hacer, pues siento deciros que es...

¡MENTIRA!

¡Oh queridos lectores! Yo ¡He vuelto a la vida! ¡Vive, está viva! La pequeña Frankenstein ¡Está viva!

Entiendo que si estáis en esa fase de desesperación y frustración no podéis creer lo que estaís leyendo… pero os prometo que ¡Se puede!

Ya sabéis (sé que os lo repito mucho y soy un poco pesada) que en este proceso de autoconocimiento con Ansiedad, con vuestro buen apoyo médico y terapéutico volveréis a disfrutar de la vida. Evidentemente no será como antes, porque ahora somos personas más maduras y con un alto conocimiento de nosotros mismos y va a ser ¡Fantástico!

Hace poco he vuelto a vivir experiencias que pensé que nunca lograría sin la medicación o que jamás podría vivirlas disfrutando de ese momento presente.

He podido  bajar a mi perro cada día y hablar con todas las personas que me encuentro  (como la loca de los gatos de los Simpson pero con perros) ir de vacaciones con mi pareja, hacer una excursión con una amiga (lo cuál hace unos años era impensable), estar en una comida familiar con más de ¡Atentos! ¡25 personas!, ir al cine, restaurantes, montar en trenes, ir a centros comerciales… bueno bueno, un sinfín de cosas que de verdad ¡Son increíbles! Y es genial poder disfrutar de cada cosa que hago con cariño e ilusión, porque antes tal vez no valoraba las cosas lo suficiente.

Por ello os quiero decir con este artículo que entiendo esa fase por la que estáis pasando pero...


¡Después de la tempestad viene la calma!

Y sólo hay que seguir subiendo la montaña, aunque cueste

¡Sigue subiendo!¡Sigue luchando¡¡Sigue viviendo!